2006-04-22


Lo nuestro... ¡Una maravilla!
"Queridos compañeros: aquí les envío algo de lo nuestro que siempre es bueno recordar que lo tenemos muy cerca.- Un abrazo. Jorge"
La foto corresponde al ex-frigorífico Swift desde el Puerto de Montevideo y el mensaje, fueron enviados por el rotario Jorge Acosta.

2006-04-21

"La educación es pues, fortuna que no se pierde, que no se gasta, que produce siempre..." (J.P. Varela)

La familia rotaria de Solymar, está de fiesta.
Compartimos la alegría de nuestra compañera Rita, al obtener el título de Licenciada en Sociología (UCUDAL) su hija Mariana Giordano Russo, en el día de ayer.

HOMENAJE A JOSÉ PEDRO VARELA


Luz, más luz!

Para recordar a Varela, desde nuestra doble vocación por el magisterio y la genealogía, he de incursionar por su prosapia. Desde sus raíces, comprenderemos mejor su obra y su accionar en la cultura uruguaya; a través de los Varela, de los Berro, de los Larrañaga, de los Acevedo y de los Vázquez .
Comencemos por ubicarnos geográfica e históricamente en la zona de Manga, ese barrio de Montevideo, que antiguamente estaba poblado de chacras. En esa zona se encuentran todavía, dos casas: una que perteneció al Presidente Bernardo Prudencio Berro Larrañaga (hijo de Pedro Berro y Juana Larrañaga, abuelos del Reformador). Dicha casa solariega, donde Berro vivió gran parte de su vida, está ubicada en la actual Av. Belloni y Antares. La otra casa, fue la de sus padres, construida en 1806, ubicada a unas 20 cuadras de la mencionada anteriormente (en Osvaldo Rodríguez entre Azotea de Berro y Camino Toledo Chico).
En esta chacra la Azotea de los Berro, cuentan que hay un viejo roble... donde el Padre Larrañaga pasó muchas horas de sus últimos días, que fueron los primeros de su sobrino nieto José Pedro Varela; porque entre 1860 y 1864, el Presidente Berro reintegra al hogar a D. Jacobo Dionisio Varela San Ginés, exiliado en Buenos Aires, junto a su esposa Benita Gumersinda Berro Larrañaga e hijos (Elvira que contrajo nupcias con su tío carnal D. Paulino Berro Larrañaga, Juana Luisa que casó con el Dr. Alfredo Vázquez Acevedo, Jacobo Adrián que casó con Elisa Vázquez Acevedo, hermana de su cuñado y José Pedro Varela Berro que casó con Adela Acevedo Vázquez, cuñada y prima de los anteriores). Como vemos, fue una familia totalmente endogámica, pienso que debido, al estatus social y cultural, más que al económico. Sin embargo, en una época tan romántica, también se tuvieron en cuenta los sentimientos y así lo confiesa el Dr. Alfredo Vázquez Acevedo, al contarnos cómo comenzó su noviazgo con Juana Varela Berro y vamos a ver, que las distancias, es decir la interacción vecinal, también cumplía su rol. Cito palabras textuales: “Apenas cumplidos los 16 años, conocí a Juanita, la que había de ser mi virtuosa e idolatrada compañera. Era una criatura monísima, con unos ojos preciosos y una gracia encantadora. No tenía más que 14 años. Todavía no se había puesto vestido largo. Empezamos por mirarnos de balcón a azotea - ella desde la casa de don Miguel Antonio Berro, su tío, y yo desde la mía, situada casi enfrente- y poco a poco nos fuimos entusiasmando uno y otra, hasta enamorarnos seriamente. Nos encontramos algunas veces en lo de Berro, adonde yo solía ir y en una Exposición de Caridad en el foyer del Solís, y de pronto formalizamos nuestros amores como dos novios de más edad, cambiando rulos y anillos". (Goldaracena, T3. pág. 194-195)
Ese ambiente, en su doble vertiente entre lo bucólico y lo culto, marcó el alma del poeta que había en José Pedro, y así escribió:
“Son las niñas de hoy, las hijas tiernas

que el ala maternal cubre y calienta;

las madres de mañana, en cuyo espíritu

y en cuyo corazón la escuela siembra...”
Pronto su cuaderno de versos “Ecos perdidos”, quiso ir a visitar al poeta Víctor Hugo en Guernesey y conjugando intereses económicos para el negocio de su padre, partió para Europa y EEUU, en 1867. En ese viaje, que determinará su destino, conoció a dos personalidades que le marcarán profundamente, con sus ideas renovadoras sobre la educación del pueblo: Horacio Mann y Sarmiento. Ya se había terminado el tiempo de los versos y no había tiempo que perder. Dio conferencias, escribió la “Educación del Pueblo” y “La Legislación Escolar”, mientras fundaba la Sociedad de Amigos y redactaba el Proyecto- Ley de Educación Común a pedido de Lorenzo Latorre, siendo nombrado Ministro de Instrucción Pública en febrero de 1876.
Entre 1873 – 76, se desempeñó como corredor y procurador. Aunque no logró abrirse camino con esas tareas, por lo menos podía aspirar a la blanca mano de Adela Acevedo Vázquez, con quien contrajo enlace posiblemente en setiembre de 1873 en Montevideo. Su primer hijo nace el 13 de abril de 1874 y se llama José Pedro Varela Acevedo, que se desempeñó como Rector de la Universidad. Su segundo hijo, sería tocayo de su tío, siguiendo el nombre tradicional de la familia: Jacobo Varela Acevedo, nació en la Navidad de 1876 y vivió hasta 1962; fue diplomático y Ministro de Relaciones Exteriores en 1907; y contrajo enlace con Ana Piera Sagastume el 19 de octubre de 1902, en Montevideo, padres de otro Jacobo Varela; quien casó con Olga Capurro y tuvieron tres hijos: Mireya, Adela y Jacobo Varela Capurro. Datos proporcionados por descendientes de Da. Zoraida Sánchez Cancela, que allá por 1920, fue institutriz de las primeras letras de su adorado “Jacobito” en casa de los Varela y quizás, hijo de éste haya sido el conocido Arquitecto Varela.
Volvamos, después de esta pequeña digresión, que planteada en la rueda el otro día, me ocupé de develar, ya que en sus biografías es un aspecto que no se señala. Sus hijos quedaron huérfanos de 5 y 3 años respectivamente, criados por Da. Adela en ese entorno familiar, ya que una enfermedad pulmonar, fue mortal para Varela que en uno de sus últimos discursos en el Solís, dijo aquella recordada frase “¡Luz, más luz! Luz para las inteligencias que viven en las sombras de la ignorancia. Más luz para las sociedades envueltas por la oscura noche del error. Más luz aún para los pueblos a quienes oprime la fatídica lobreguez de la preocupación. Luz para los espíritus, libertad para los oprimidos, fraternidad para todos.”(José Pedro Varela. 12 de diciembre de 1876. Montevideo, Uruguay). Palabras que dejan entrever, otro aspecto de José Pedro.
Falleció el 24 de octubre de 1879, siendo acompañado por el pueblo, calculado el cortejo en unas 20 mil almas y portando su féretro a mano, las más altas autoridades del país.
Su obra fue continuada por su hermano Jacobo y esos bancos que todos conocemos como “los bancos Varela”, son obra de Jacobo y no de José Pedro; aunque ese detalle es mínimo, en comparación con el Internato de Señoritas, para la preparación de las Maestras, pero no puedo dejar de señalarlos porque aún están en uso en la gran mayoría de las Escuelas Públicas. Todavía asombra, la vigencia de sus pensamientos y ¡cuántas cosas planteadas por ellos, todavía no se han logrado!
El “Árbol de la Enseñanza" recuerda su memoria. Es conocido como el "gomero" de la calle Pereira y está dentro del predio de la Escuela Nº 18/192, con frente a la calle Miguel Barreiro 3150. Técnicamente el "gomero" se llama Ficus macrophylla y es de tales dimensiones que despierta general admiración. Su circunferencia alcanza los 14.5 metros, cuenta con 15 de altura y una copa de 26, que cubre la calle formando un túnel vegetal y se introduce en las azoteas de los vecinos. Fue plantado entre 1876-77 por los alumnos del segundo grado para varones, dirigido por José Abad y hoy es el gran superviviente. Sin embargo la Historia de la Escuela Pública Uruguaya, atribuye a Varela la plantación de ese árbol, símbolo viviente de su gigantesca obra.
SELVA CASABALLE RÍOS

Rotary Club Solymar, 18 de abril/2006.